Rombo Lobado
En el año 1336, después de 7 años de trabajo, el escultor Andrea Pisano daba termino a las puertas en bronce del batisterio de Florencia. Allí inscribió, el rombo lobado, un signo seguro de su maestría en la forma, que recoge historias de San Juan Bautista. Heredero de Nicola Pisano, quien en 1259 con una luneta para la catedral de Lucca fundaba la primera gran escuela de escultura clásica, Andrea es uno más, en una cadena de artistas, a través de los siglos, desde la Pisa natal.
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